24 de noviembre de 2010

Bello minino

Me deja la ropa llena de pelos, me tira el celular y el control de la TV.
Si esta de mal humor, me salta a la pierna y sale corriendo.
Pero en general, es franelero y seductor.
Y me acompaña y me sigue queriendo a pesar de que lo dejo muchas horas solo.
Lo encontraron arriba de un colectivo, de ahi el origen de su apellido.
Nos adoptamos mutuamente.
Les presento a Felipe Bondi.

Happy beginning

Hago el bizcochuelo y te escucho.
Escucho la emoción surcar los espacios y derramarse de este lado de la línea telefónica
Oigo tu voz narrando la historia, reconstruyéndola para que no parezca un sueño.
De a partes y con los detalles justos.
Rememorás de manera que puedas vivirlo de nuevo, para tener la certeza de que todo esto que sentís en la piel, en el pecho, en la casa, en los libros es real. Existe.
Si. Existe. Y podés repetirlo como un mantra y disfrutarlo cada vez.
Existe y te pasa a vos, que lo miras todo con cara de sorpresa y con los brazos bien abiertos.
Me lo contás, mientras tu risa y tu anhelo se escapan de los cables y me rodean como mariposas.
Te pienso, te imagino, con los ojos chiquitos de tanta sonrisa que te estira la cara.
Y entonces tambien me río porque estoy aca, compartiendo con vos esta charla que me honra.
El olor del bizcocuelo de nombre raro se dispersa, como tu alegría, por toda mi casa.
Apuesto por vos, por lo que viene. Admiro el coraje, las ganas.
Hay tanto por hacer. Tanto por aprender.
Hay que hacer lugar. Estar liviano.
Disfrutar. Contarlo. Animarse. Compartirlo. Vivirlo.
Ya no hay sinónimos para nombrar la felicidad.

23 de noviembre de 2010

Cosas que te pasan si estas vivo (parafraseando a Liniers)

Hoy me desperté una hora antes de que sonara la alarma del celu. Y me levanté porque ya era de día y el sol invadía la habitación. Temprano. Muy temprano.

A la mitad de la mañana, unos golpes en la puerta me indicaron que algo pasaba: mi vecina de al lado se había quedado fuera de su departamento, con su hijito Martín de tres años. La llave estaba adentro. Imposible entrar sin romper la cerradura.

Entonces apareció él. Uno de esos hombres imprescindibles.

Mi portero Hugo.

El Señor Hugo tiene un ojo bizco, es alto, ágil y tiene sus años. Es más, no recuerdo el consorcio sin él.

Muy amablemente, entraron a mi depto y con la agilidad de Felipe (aunque sin su velocidad) trepó por mi balcón, dudó un poco con una pierna colgando al vacío y luego se deslizó con una gracia más que digna en el balcón vecino.
Cabe decir que vivo en un segundo piso y que los altos enrejados de seguridad hacen dificultosa la tarea de pasar la medianera, que es de vidrio esmerilado.

En un santiamén, mi vecina con Martín en sus brazos y yo con Feli en los míos (que maullaba como loco porque quería aprovechar la boleada para escapar), vimos como el Señor Hugo abría la puerta con una gran sonrisa instalada en la cara.

Me dieron unas ganas terribles de aplaudirlo, pero no me animé… además se me iba a espantar el gato!

Así que ya saben, en mi consorcio hay un hombre que parece común, pero que es capaz de solucionarte un problema con valentía, estilo y una sonrisota.

Grande Hugo!!!

21 de noviembre de 2010

14 de noviembre de 2010

8 de noviembre de 2010

Talan talan

un poco podridita de algunas situaciones
el tiempo pasa
estamos cerca de fin de año
la paciencia se fue hace rato
queda reacomodar las piezas
de manera que quepan
y no hagan ruido
al caminar

6 de noviembre de 2010

Mujercita!

(Una de las cosas mas femeninamente absurdas
que me hace feliz
es pintarme las uñas de los pies)

3 de noviembre de 2010

¿POR QUE TODO LO "LIGTH" CARECE DE GUSTO RICO?